¡SIN ALEGRÍA!

 Por Jacobo Barberá Payá

¡Experiencia propia!. Tal vez, el año que con muchas penalidades ha transcurrido, la falta de trabajo, los amigos que perdimos, la desfachatez de los políticos que nos gobiernan, mientras nosotros pasamos penalidades y penurias por no poder trabajar, ellos se suben los salarios sin miramientos, siendo el único empleo del mundo donde uno mismo se sube el sueldo a su antojo, ¡con un par!…la MALA, malísima atención en las administraciones públicas, léase, SEPE, INEM, AMBULATORIOS y un largo etc. imposibles de concertar cita previa y mucho menos atención directa, incluso si tienes un problema dental, visual o de cualquier otra índole, puedes tener la dolencia por una temporada porque no hay forma de que te atiendan, todo aquello de lo que normalmente podemos disponer, este año ha sido imposible, así que llegó el fin de año sin alegría, sin disfrutar de la familia, al contrario, con mucha pena e incertidumbre por lo que nos espera.

La mayoría de nosotros espera que la vacuna traiga normalidad a nuestras vidas y se pueda controlar al virus, cuando el señor ministro Illa acaba de comunicar que puede que NO SEA EFECTIVA ante la nueva cepa del coronavirus.

Volvemos a la incertidumbre, cada vez que abren la boca y antes de pronunciar palabra, ya nos tienen amedrentados, no sabemos lo que va a salir por esa boquita, estamos vendidos, somos MARIONETAS de sus decisiones, nos ponemos en sus manos y cada vez vamos a peor, las facturas siguen viniendo, la luz, el agua, la comunidad, el seguro del coche, el seguro de la casa, y todo ello TENGAS O NO TENGAS con qué hacer frente a todas ellas, si no puedes pagar, (como me aconsejó un concejal del ayuntamiento), ¡VENDE! el coche, ya comprarás otro cuando engorden las vacas.

Encontrar un hueco en la política, por lo menos en este país, es un CHOLLO de órdago, que digo CHOLLO, es que te toquen todas las loterías de todas las semanas y el premio GORDO en todas ellas.

No voy a deciros qué beneficios tiene ese trabajo porque de sobra lo sabéis.

Conozco muchas personas que viven de este oficio, los hay trabajadores preocupados por el bienestar de los ciudadanos, también los hay que no pegan un palo al agua y es precisamente en estos últimos en los que nos fijamos, admiramos (envidiamos) el coche que tiene, su lujosa residencia, dónde pasan sus vacaciones, la vida que llevan y todo ello es lo que nos hace reacios a creer en la profesión de político.

Luego están los que mueren por la boca, prometiendo y prometiendo y donde dije digo, digo Diego y piensan “vosotros si queréis criticadme pero yo ya me he asegurado mi vida, la de mis hijos y nietos”.

En fin, que pasó el año y comienza este con las mismas, o peores, perspectivas que pasamos en 2020, puede que vuelvan los confinamientos, los toques de queda, etc, porque los que quisieron despedir el año como otro cualquiera, haciendo reuniones de cientos de personas, sin ningún tipo de control, han provocado que se tengan que tomar OTRA VEZ unas medidas de seguridad que ya creíamos controladas, han aumentado los casos de infección, los ambulatorios y hospitales no dan abasto y todo ello mientras en los medios de comunicación nos dicen que este año volveremos a la normalidad.

¿Qué ocurre con esto?, pues que los que hemos pasado el año, sin trabajo, sin ingresos, solos y hemos entrado en 2021 de la misma manera que dejamos 2020, no veamos salida por ninguna parte.

Por si no os lo dije anteriormente, soy cantante y he vivido y vivo de ello toda mi vida, mis compañeros artistas pasan carencias, los hoteles, salas de fiestas y cafeterías han cerrado sus puertas, aquí en Benidorm, no se ve pronta mejoría de la situación y muchos estamos llegando al límite, tanto de nuestros recursos como de nuestro ánimo, así que podéis imaginar con qué alegría hemos comido las doce uvas, algunos de nosotros tenía previsto trabajar estas fiestas y con el toque de queda y la orden de cancelar todos los espectáculos en directo, la moral se ha hundido en compañía de la poca alegría y ganas que teníamos de celebraciones.

No es por dar pena, ya ha demostrado el gobierno lo poco que le importamos, ellos no se privan de fiestas, vacaciones, reuniones y la NÓMINA que no les falla, PASE LO QUE PASE.

Pero no nos queda otra, esperar, confiar y no perder del todo la esperanza porque entonces si que nos vamos al hoyo, pero de cabeza.

Feliz 2021.