Hoteles vacíos por Navidad en Benidorm y la Costa Blanca

Si todo fuera igual que antes, los hoteles de la Costa Blanca estarían estos días inmersos en un ir y venir de reservas de última hora, turistas con maletas, camiones de reparto, planchado de mantelerías guardadas para la ocasión y elaboración de menús especiales con los que deleitar a los miles de clientes que habrían elegido pasar las Navidades o recibir al Año Nuevo con la comodidad de no tener que preocuparse de nada más que de ser feliz. Si no hubiera virus, los establecimientos serían estos días un bullicio de fiestas, abrazos, besos, selfis y serpentinas. Y los hoteles habrían podido vender estancias y menús a precios muy superiores a los de unas vacaciones al uso, para animar todavía un poco más su cuenta de resultados de cara al final del año. Nada más lejos de la realidad.

La nueva cepa del virus detectada en Reino Unido, el cierre de fronteras con aquel país, el confinamiento perimetral de la Comunidad y la rápida escalada de contagios de las últimas dos semanas han acabado por poner la puntilla a un año «desastroso» para la industria vacacional de la provincia, que tendrá su colofón en estos días de Navidad. Cancelaciones y hoteles prácticamente vacíos son la tónica en un sector que, según corroboran sus actores, podría desembocar en el cierre de los pocos establecimientos que todavía siguen abiertos una vez que comience enero. «Estamos en una situación muy, muy complicada», señalan algunos de quienes el pasado miércoles fueron calificados por el presidente de Hosbec, Toni Mayor, como los «héroes del sector»: aquellos que todavía mantienen camas abiertas o quienes ejecutarán durante este invierno obras de reforma de sus establecimientos, con una inversión que según la patronal superará en su conjunto los 60 millones de euros.

Más cancelaciones que reservas

A diferencia de los años anteriores a la pandemia, cuando muchos establecimientos colgaban el cartel de «completo» durante las fiestas navideñas, los pronósticos más optimistas apuntan a que la ocupación a duras penas superará el 25% de media en los pocos hoteles que están operativos. En Benidorm, una docena.

Uno de ellos es el hotel Belroy, de cuatro estrellas superior y que gestiona Hotels GF. «El día que más ocupación tenemos es el de Nochevieja, que estaremos a un 18% de ocupación», lo que se traduce en unos 40 clientes para las 200 plazas que mantienen abiertas en un ala del hotel, según su consejero delegado, Fede Fuster. «Hasta hace unas semanas había más reservas, todo pintaba mejor, pero en los últimos días no se está vendiendo nada y no paramos de recibir cancelaciones. La gente tiene miedo», indica Fuster.

Como este establecimiento, otros hoteles de la ciudad están este año ofertando más que nunca estancias o comidas y cenas de gala para vecinos de Benidorm o de la comarca, pero las restricciones impuestas para frenar los contagios, como el toque de queda a las 12 de la noche tanto en Nochebuena como en Nochevieja, no ayudan demasiado. «La gente no sale a cenar si tiene que irse corriendo a casa a tomarse las uvas o, en el caso de los clientes que están hospedados, si no puede tomárselas en el salón de banquetes porque antes de las 12 tiene que estar ya en la habitación», lamenta el CEO de Hotels GF.

Lo mismo afirman otros directores o propietarios de hotel consultados, que no entienden que no se permita que los turistas puedan, al menos, seguir las campanadas en los comedores de los hoteles «cuando teniendo unos 50 comensales en un salón con capacidad para 400 está más que garantizado que se guarden las distancias».

La falta de reservas también provocará que estos días los establecimientos que siguen funcionando tampoco vayan a poder incorporar a trabajadores de los ERTE a sus plantillas, como muchos de ellos tenían previsto si se producía un pico de ocupación. Muy al contrario, la mayoría de estos hoteles seguirán trabajando justos de plantilla, con el personal estrictamente necesario para cubrir el servicio sin que la calidad se vea mermada. «Entre los pocos que estamos trabajando tenemos que hacer un poco casi de todo; no nos queda otra», señala a este diario la recepcionista de un céntrico establecimiento en Benidorm.

Una vez superadas las fiestas, los hoteles volverán a hacer números y algunos estarían planteándose el cierre, lo que provocaría un cerrojazo hotelero similar al vivido durante los días del confinamiento. «Si después de la Navidad siempre ha habido históricamente un bajón de ocupación, este año va a ser abismal», indican fuentes de la patronal Hosbec. «Estos hoteles llevan meses trabajando a pérdidas; seguir abiertos estando completamente vacíos no tendría sentido».