Estética, ética y delito... Por Esmeralda Marugán

No puedo, por menos, que confesarme defensora de la imagen de su majestad.  Es de ese tipo de hombres que tiene aspecto de ganar en las distancias cortas, de oler bien, y pese a que ese sentido respeto a "ellos", me falla mucho, el olor me importa de siempre, y me hace recordar lo mejor vivido, incluso el "Agua Brava" y el "Varón Dandy".    

Pero él tuvo menos memoria que su competencia, "Papá Noel¨, quien llegó a casa de mi hija poco después, y pese a hacerlo desde más lejos, le reforzaba a mi nieta, y a todos los niños y niñas, por su valentía, y sus muchos méritos y derechos.  Especialmente pensando en aquellos "arrancados" a sus madres por unas, u otras excusas, todas sin sentido, y terriblemente injustas.     

Al Rey se le olvidó mencionar a las 47 mujeres asesinadas por la violencia de género, y a los 3 menores que tuvieron el mismo destino, sin contar a las miles de ellas, y de sus criaturas, que viven en permanente agonía a causa del terrorismo machista, y del maltrato institucional.    

También eché en falta en su mensaje a los innumerables emigrantes que llegan a nuestras aguas entre trampas, mafias, hambre y necesidad, aunque solo fuera porque en estas fechas parece que todos somos más buenos, y él lo está, eso se ve, (consciente de que, dicho así, saco mi parte de educación "machirula").  

Pero la línea entre la estética, y la ética, no es delgada. Yo esperaba, aunque fuese por genética, que hablase de su padre, que lo hiciera con nombre propio y claridad, y que no olvidase dar "un toquecito", y contundente, a los militares que tuvieron la desfachatez de escribirle una carta. Esos que le pedían que actuara contra el Gobierno de España, a los que consideraba "culpables" de todos los males del país, así como a los 26 millones de ciudadanos/ciudadanas que había, según ellos, que fusilar…    

   

Nos habló, eso sí, de respetar la Carta Magna, con lo que estoy muy de acuerdo, tanto que yo, que sí creo en Dios, me pregunto qué parte de "aconfesional" no coincide entre la definición del diccionario de nuestra también Real Academia y la Constitución, con todos los acontecimientos, y actos públicos católicos, apostólicos y romanos que tenemos, y pagamos, seamos ateos, agnósticos o muy religiosos.    

Yo no quiero que, por mucho que se confiesen o ¨los pillen¨, a los asesinos, pederastas y maltratadores, se les permita ver a sus hijos e hijas, y se les obligue a los menores a tener contacto con sus agresores.    

Por si algunos y algunas siguen en su perversa, y dañina ignorancia, les invito a comprender lo que es la violencia vicaria, para que bajen de su pedestal adulcentrista y misógino, y entiendan que se están convirtiendo en crueles verdugos destroza infancias.    

 Debería el Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Jerez, (y los del resto de España), proteger, y de manera inmediata, a los niños y niñas, en lugar de cuestionarse la posible inconstitucionalidad de la reforma del Código Civil del 2005 a este respecto, y hacer que se cumpla tajantemente, ya que solo se aplica en un mínimo porcentaje, algo que resulta vergonzoso y aterrador.    

 Les hacen falta a nuestros hijos/as muchas Sonia Vaccaro en los equipos psicosociales, porque, de lo contrario, lo que estamos cometiendo es un delito, un pecado mortal, un crimen de lesa humanidad, como lo confirma lo sucedido el pasado día 23 en Torrent, en el que una niña de 12 años apuñalaba al maltratador de su madre, y de ellos, para salvarle la vida.  

No lo estamos haciendo nada bien, pese a que tengamos un Ministerio de Justicia, y otro de Igualdad, que, enredados en otros asuntos, parecen olvidar lo más básico, que nos matan por el hecho de ser mujeres.  

Solo espero que ese niño Jesús, del que celebramos su nacimiento el mismo día que escuchamos el mensaje de D. Felipe VI, exista, y sea más justo que los que hablan en su nombre, también en NAVIDAD.    

 Me pregunto también si los indeseables cazadores de la montería que han matado a 540 animales en Portugal llevan espíritu alguno dentro, desde luego, el navideño, no. Estoy convencida de que ninguno bueno puede tener quien se divierte aniquilando venados, o elefantes… Ellos mismos se delatan, lo hagan en Botsuana o en Azambuja.    

Cuesta creer que fueran niños alguna vez, y es que por muy machos que se crean por maltratar, abusar y matar, eso no les hace más hombres, al revés, los convierte en miserables.    

Esto me hace pensar en una de las reflexiones más brillantes de Alejandro Dumas¨ ¿Cómo es que, siendo tan inteligentes los niños, son tan estúpidos la mayor parte de los adultos? Debe ser fruto de la educación…¨  

PD: Por cierto, que lo primero que ha dicho mi nieta, la mañana de Navidad, es que olía a Papá Noel, mientras abrazaba a su Oso Cubby.    

 Esmeralda Marugán    

Periodista