Zoom no cifrará las videollamadas de las cuentas gratuitas

Su presidente afirma que es para «colaborar con las autoridades» en caso de delitos.

Hace unos meses, cuando la demanda de la plataforma de videollamadas Zoom aumentó exponencialmente, la comunidad puso los ojos sobre ella. Las malas noticias no tardaron en llegar: que no cifraba las comunicaciones como afirmaba, que el manejo hacía de los datos de quienes la usaban era bastante dudoso o que si su código estaba lleno de vulnerabilidades. Expertos de ciberseguridad directamente calificaron a la aplicación como «malware».

The Intercept dejó en evidencia cómo Zoom mentía sobre el cifrado punto a punto de sus comunicaciones. Algunas de estas desprolijidades fueron subsanadas rápidamente. Otras no, simplemente porque son parte constitutiva de su modelo de desarrollo y de negocio. A fines de mayo de 2020 el director de Zoom, Eric Yuan, anunció que las videollamadas de cuentas gratuitas no serían cifradas para colaborar con las investigaciones del FBI. Recordemos que si nuestras videollamadas utilizan los servidores de Zoom alojados en Estados Unidos, están bajo la jurisdicción de dicho país. Tal es así, que la Embajadora de Cuba en Bélgica no pudo participar de una reunión multilateral que se realizaba en Zoom por el bloqueo económico de Estados Unidos sobre la isla.

«El plan de cifrado de extremo a extremo de Zoom equilibra la privacidad de sus usuarios con la seguridad de los grupos vulnerables, incluidos los niños y las posibles víctimas de delitos motivados por el odio. Tenemos previsto proporcionar un cifrado de extremo a extremo a los usuarios cuya identidad podamos verificar, limitando así el daño a estos grupos vulnerables. Los usuarios gratuitos se inscriben con una dirección de correo electrónico, que no proporciona suficiente información para verificar la identidad»,

Como siempre, se contrapone el derecho a la privacidad a la protección de los derechos de los menores, cosa que es una falacia. Porque perfectamente los abusadores pueden usar cuentas de pago. Nuevamente, se criminalizan el cifrado y la protección de la privacidad.