La Guardia Civil desarticula una organización dedicada a la estafa mediante tarjetas de crédito

La Guardia Civil de Alicante ha detenido a cinco personas
dentro de la denominada Operación Sleepy. Esta operación tuvo lugar con el fin
del esclarecimiento de repetidas estafas que se estaban produciendo cuyo
modus operandi consistía en recabar información de las tarjetas de crédito de
personas extranjeras que se encontraban en Ibiza, para posteriormente realizar,
sin su consentimiento, cargos mediante un Terminal Punto de Venta (TPV) con
ciertas características específicas que posibilitaban el fin delictivo.

En julio de 2019, la Guardia Civil de Torrevieja recogió a una persona una
denuncia como perjudicado porque su entidad bancaria le había bloqueado la
cuenta corriente que poseía junto a su esposa, no pudiendo acceder a sus
fondos. El denunciante relató a los agentes que sospechaba que el motivo podría
ser que una clienta habitual de la tienda de productos esotéricos que regentaban,
contactó con ellos y les ofreció gestionar el alquiler de una barra de bar en un
establecimiento hostelero de la isla de Ibiza. Propuesta a la que accedieron. Para
ello, en ningún momento la conocida les pidió dinero alguno por participar en este
negocio, pero sí que se interesó por el TPV, también conocido como datáfono,
que estaba relacionado con la referida cuenta, ahora bloqueada.

Esta clienta, en posteriores conversaciones mantenidas con los denunciantes, les
confirmó que se llevarían el 30% de las ganancias, pero que para ello se
deberían llevar su TPV a Ibiza. De igual forma, les hizo mandarle una fotografía
del terminal, ya que el modelo que decía necesitar, tenía que tener la
característica de poder operar con tarjetas de crédito extranjeras y poseer un
teclado para poder introducir los datos de la tarjeta manualmente. Para poder
participar en el negocio, el denunciante tuvo que pedir uno nuevo a la entidad
bancaria.

Una vez obtuvieron el nuevo terminal, que se adaptaba al modelo requerido, fue
cuando les informaron de que se iba a poner en contacto una tercera persona
con ellos. Ese mismo día recibieron una llamada telefónica de esta persona, que
con la excusa de comprobar el correcto funcionamiento del nuevo datáfono, les
pidió introducir los datos de una tarjeta de crédito facilitados por él, realizándose
la operación sin ningún problema.

Días más tarde, esta misma persona les comentó que a fin de explotar el negocio
de Ibiza, no hacía falta que se desplazaran hasta la isla, que tan solo era
necesario que mandasen el TPV, a lo cual se negaron, por lo que esta persona
se desplazó al domicilio del denunciante en la localidad de Torrevieja, donde
permaneció tres días en los que realizó numerosas operaciones usando el
ordenador y el datáfono de los denunciantes. Posteriormente, y tras una breve
estancia en Albacete, esta persona volvió a la casa de Torrevieja donde volvieron
a hospedarle, esta vez por dos días, tras lo que volvió a Ibiza.

Por todo ello, el Área de Investigación de Torrevieja inició la denominada
Operación Sleepy, con el fin del esclarecimiento de los hechos denunciados.
Fruto de las pesquisas, se pudo confirmar que se trataba de una organización
con roles claramente definidos. Desde Ibiza, el cabecilla facilitaba los datos de
tarjetas de créditos de distintos países para que fuesen introducidas en el TPV
realizando cargos, concretamente de Francia, Estados Unidos, Canadá,
Alemania y Turquía.

Estas acciones no siempre eran exitosas, se calcula que se intentó realizar los
cobros de un montante aproximado de 20.000 euros, consiguiendo hacer efectivo
unos 14.300. El dinero cobrado, menos una comisión, debía ser ingresado en
metálico en una cuenta, o bien mandando mediante una empresa de envío de
dinero a una persona de nacionalidad Polaca residente en Ibiza.

Durante el mes de febrero se procedió a la detención de la clienta de la tienda
que puso en contacto a las partes en la localidad de Corvera (Murcia) tratándose
de una española de 39 años. Se detuvo de igual forma a la persona de origen
polaco de 41 años que recibía los pagos, y se investigó al cabecilla de la trama,
un español de 37 años, que no se detuvo por encontrarse en prisión cumpliendo
condena por un delito anterior.

A todos ellos, junto a la pareja denunciante, siendo ambos españoles con 59 y 55
años respectivamente, a los que se consideran cooperadores necesarios, se les
imputan los delitos de estafa, blanqueo de capitales y pertenencia a Organización
criminal.

Han sido puestos a disposición del Juzgado de Instrucción nº 2 de Torrevieja,
quedando en libertad con cargos, menos el ya preso, qu continúa cumpliendo
condena.

La Guardia Civil continúa investigando los hechos, en la búsqueda de nuevas
personas perjudicadas, realizando para ellos una acción coordinada con Europol,
FBI y la policía de Canadá y Turquía. No se descartan que se produzcan nuevas
detenciones.