Héroes del Silencio

Por Esmeralda Marugán

Maltratador, misógino, putero, acusado (presuntamente) de pedofilia, y dios. El dios del balón,

según los aficionados: ¨El más…¨

Un negocio-deporte de muchos seguidores de base, y de algunos cuantos beneficiarios de

élite. No negaré mi "no" afición al fútbol. Sólo por obligación, y cuando jugaba mi hijo el

mediano de pequeño, yo iba al campo del barrio, con tan mal ojo que, las veces que lo hacía,

perdían.

Cambiar la programación de la TVE, es decir, de la tv pública, la de todos y todas, el 25 N, por

este motivo, me entristece considerablemente. Carece de sentido ético que la muerte de un

hombre importe infinitamente más que la de cualquier mujer del mundo. Dándose la pequeña

diferencia que, los cientos y cientos de víctimas por las que se declaró el 25N el Día de la NO

violencia a las Mujeres, son asesinadas en este planeta por el terrorismo machista, es decir:

por hombres como él.

Es cierto que ni ellas, ni sus hijos e hijas, ganaron 2 mundiales. Simplemente nacieron mujeres.

Dieron uno de sus SÍES más importantes, (si eran de esta parte del hemisferio en la

que elegimos, que en otras ni eso), parieron con dolor, en muchos casos a los hijos que ese

otro Dios del cielo les concedió. Soportaron silencios, desprecios, humillaciones, golpes...

Heridas tan profundas que a veces solo ellas veían, y siendo como era un buen muchacho para

los demás, ¿quién iba a creer? Lo hicieron luego, aunque demasiado tarde, cuando en el

periódico local anunciaron "su muerte".

Ya sabéis lo que sucede, y es que queda mejor que redactar la verdad, y, además, debe ser un

don femenino lo de "morirnos" con las huellas de otras manos. Nos da por eso, por aparecer

muertas...

Las que tienen más suerte consiguen huir, pero con las maletas llenas de culpa, y el fracaso en

la mirada. Fundamentalmente cuando descubren que los golpes a ellas les repercuten en sus

hijos insalvablemente, u otras consecuencias aún más graves.

Una vez que logran ese milagro de la escapada, comienza el siguiente calvario, y se llama

¨tortura judicial", la que da para más palabras de las que me permite el texto.

Pero todo ello no es relevante frente a la muerte del héroe Maradona, a tenor de los tuits de

muchos de los gobernantes de nuestro país, y de otros que, inexplicablemente, parece que se

les rompió el mismísimo corazón.

Seguir el juego al balón, y mostrar los homenajes ostentosos de tantísimos ciudadanos, me

lleva a querer hacer real una frase trasnochada, pero muchas veces socorrida: "Por favor,

paren el mundo, que me bajo". No sé cuál es la próxima parada en la que mirar con esperanza

a mis semejantes, los humanos, pero no encuentro ninguna ética en separar "las virtudes

públicas, de los vicios privados "

La única empatía que puede llegarme del ilustre del fútbol es por la parte que se buscó

de drogadicto. Creo que el que padece semejante desgracia, es un enfermo que precisa ayuda

e intervención, pero no es un atenuante. Tampoco debería serlo la indiferencia de la

comunidad internacional con el último conflicto bélico vivido por el pueblo armenio, y por el

sufrimiento, y el agonizante abandono que viven nuestros vecinos del Sahara. Parece que

tienen más que ofrecer aquellos que los que los machacan a ambos...

La mirada de dolor, y de impotencia, de los ojos de Asmik Kocharyan, presidenta de la

Asociación de Armenios en Alicante, y la de Fatma Side, que fue delegada saharaui, no me

deja lugar a dudas de quienes son mis héroes y heroínas, y de, por supuesto, quienes no.