GP Gran Bretaña. Accidente de Verstappen, gloria de Hamilton y Ferrari hunde a Sainz

La Fórmula Uno quiso hacer historia este fin de semana en el Gran Premio de Gran Bretaña. El sábado preparó una clasificación al esprint, en la que venció Lewis Hamilton. Y ese influjo intenso y frenético parecería haberse quedado prendado en los pilotos de cara a la carrera. Este domingo tardó una vuelta en saltar todo por los aires. En uno de los giros iniciales, el británico tocó al monoplaza de Max Verstappen y el neerlandés sufrió un accidente que dejó al personal compungido y a la espera de noticias.

El golpe dejó al Red Bull destrozado y mandó al líder del Mundial al hospital. La organización decretó la bandera roja y un reinicio desde parado. Con 'Mad Max' recuperándose y siendo sometido a pruebas, la FIA anunció la hora para la nueva salida y una penalización para el británico de 10 segundos en carrera. Y pareciera que el emblema de Mercedes tardara en reaccionar a todo lo sucedido. De hecho, perdió la condición de puntero en favor de un extraordinario Charles Leclerc.

En un día grande para Ferrari, el monegasco tiraría de todos en Silverstone hasta acercar a la 'Scuderia' a una victoria que no saborean desde 2019. Empujó con todo, pero sería víctima del ardor competitivo del siete veces campeón del Mundial. Hamilton volvió a pista tras el 'pit stop' con más de 15 segundos por recuperar. Se remangó, se mentalizó y aceleró a tope. Y acabaría por anular la sanción, rebasar a su compañero Valtteri Bottas y dejar en la estacada a Leclerc en la vuelta 52 de las 54 previstas. Para delirio de la grada.

A sus 36 años, el inglés no dejó nada en el tanque y la jugada le salió redonda. Una nueva victoria y un recorte notorio de la desventaja con Verstappen en la clasificación de pilotos. Aunque se ha ganado críticas de todos los colores por la maniobra ejecutada en la primera vuelta y que sacó de mala manera a su máximo rival. Leclerc y Bottas completarían el podio.

Por detrás, Carlos Sainz hubo de torear con los problemas que le generó su propio equipo. Un mal 'pit stop' arruinó la inercia que había dibujado el español. Volaba el madrileño en un ritmo que le habría permitido pelear por rozar el tercer puesto de no ser por lo que tardaron sus mecánicos en poner a punto sus nuevos neumáticos en el tramo final. Y se le atragantaría el McLaren de Daniel Ricciardo. Teniendo que conformarse con una sexta plaza que sabe a muy poco.

Fernando Alonso, en su caso, pudo mantener la séptima plaza que le ganó el sábado. Una vez más, salió con un virtuosismo que no pasó desapercibido y, a partir de ahí, el tocó defender la cosecha. Y lo consiguió gracias a una auténtica exhibición de oficio, clase y pilotaje. No permitió el paso a monoplazas más potentes que su Alpine, dejando para el recuerdo adelantamientos y defensas como la que acabó con Sebastian Vettel haciendo un trompo.

La vuelta rápida se la llevó el guerrero Sergio 'Checo' Pérez, en una estrategia de Red Bull muy atinada. El mexicano tuvo dificultades para remontar en carrera, así que su escudería decidió pararle en los últimos giros, montarle neumáticos blandos y que fuera a por el mejor tiempo del día. Y dieron en la diana, restando un punto a un Hamilton que no festejó el monopolio completo del fin de semana en su casa por muy poco.