El fabricante de los guantes del Ayuntamiento de Madrid aportó facturas falsas para sacarlos de China

Documentación falsa para que los guantes pasen la frontera y lleguen a España, materiales que no cumplían con las especificaciones del contrato, jornadas maratonianas de trabajo con un personal limitado, una noche sin dormir por parte de la cargo de confianza del alcalde que autorizó la operación ante la sospecha de que había sido estafada, una devolución en Viernes Santo que nadie podía firmar dentro del Ayuntamiento, y una investigación por presunta estafa que ha colocado a los dos intermediarios declarando ante el juez. 

Este es, al menos de momento, el saldo del conocido como pelotazo de los guantes en el Ayuntamiento de Madrid, una operación por la que el consistorio de José Luis Martínez-Almeida decidió comprar 2.5 millones de pares de guantes a una fábrica en Wuhan, zona cero de la pandemia del Covid-19 y que había presentado los confinamientos más duros del país, que ha revelado el apetito voraz del comisionista Alberto Luceño (el precio del producto se incrementó un 425% según Anticorrupción) y en la que, según ha podido confirmar NIUS, circuló documentación falsa de la que queda huella en el sumario del caso. 

Así, el dos de abril de 2020, en mitad del traslado de los guantes a España, la responsable de compras Elena Collado le pide explicaciones por WhatsApp a Alberto Luceño de la información que aparece en uno de los documentos. Es una factura que antes llamó la atención a la empresa de logística por el valor de cada par de guantes. 

Según el acuerdo oficial firmado entre el vendedor y el Ayuntamiento, el precio de cada par era de dos dólares. Sin embargo esa factura, recogida sobre estas líneas, presentaba un precio de compra de 0.09 dólares, es decir, un coste 22 veces menor al pactado para cada pareja. La responsable municipal hizo una foto a su pantalla y pidió entonces explicaciones a Luceño tras haber pagado más de cuatro millones.

El intermediario remitió una respuesta en inglés procedente de la fábrica, con la siguiente traducción: “En China estas facturas comerciales no son válidas como una propuesta de negocio. Normalmente, las fábricas bajan el valor para pagar menos impuestos de importación en el país, y estas facturas comerciales que veis aquí son para la aduana, y no para Leno. Son para los agentes de aduanas, y no para Leno o para España”. Es decir: que esa documentación serviría, según esa misma explicación, para engañar a las autoridades chinas, y por eso el precio de venta reflejado era menor. En las partes siguientes de la conversación, presentada ante Anticorrupción, no figura reproche alguno por parte de la responsable municipal. 

Imágenes enviadas por Luceño sobre los guantes.

Preguntados por esta cuestión, desde el Ayuntamiento recuerdan que la funcionaria no ha sido imputada por delito alguno desde que arrancó la investigación hace 17 meses, que declaró como testigo aportando los documentos que ahora aparecen aquí reflejados y que el consistorio ha sido aceptado como parte perjudicada en el procedimiento. Sobre estas cuestiones en concreto, el equipo de Martínez-Almeida ha declinado hacer declaración alguna, alegando que la alto cargo municipal declarará como testigo el próximo nueve de mayo ante el juez encargado del caso.

Avisos desde la empresa de logística

De forma independiente con las consecuencias legales, hay más documentos en la operación que no se corresponden con la realidad y que fueron conocidos por el equipo de Almeida. El 1 de abril, el consistorio prepara el envío de la mitad de los guantes desde la fábrica en Wuhan hasta España por medio de un avión con destino Lieja. Para facilitar su salida, Luceño envía una factura emitida por la fábrica, primero sobre el montante completo de los guantes, (cinco millones de euros) y después por la mitad de la partida, solo por la cantidad de material que iba a viajar ese día, 2,7 millones. 

El problema es que esas facturas también son imposibles. Primero porque el Ayuntamiento (o en este caso una de sus empresas públicas) no era cliente directo de esa fábrica, si no de la intermediaria malaya Leno, con lo cual, una factura directa entre ambos carecía de sentido. Y segundo porque según la declaración del propio Luceño en Anticorrupción, la fábrica china no tenía licencia de comercialización a clientes finales, y por eso, se justificaba la presencia de Leno como intermediaria cobrando desde fuera de China. Sin embargo, allí apareció el papel, que llamó la atención incluso de la empresa de logística contratada para transportar los guantes. 

Ese mismo día, los agentes de aduanas contratados por el propio ayuntamiento alertaron de problemas en la documentación, ya que según los documentos, la empresa que realmente firmó el contrato con el consistorio ni siquiera aparecía reflejada. “Hemos hablado con el contacto para los guantes, dado que tenemos como le comente a Elena, un hueco de 15 toneladas en un aeropuerto a 300 kilómetros de la fábrica. Nos dicen desde origen que de las 5000 cajas estarían listas ahora mismo 1000 cajas. Por otro lado nos comentan que hay un trader de Malasia de por medio (¿?). Por favor necesito la documentación (Commercial invoice y Paking List) para la exportación con el fin de mandarla a origen y que lo revisen”.

Tres días después, desde la empresa de logística confirman que los guantes han salido de China, pero auguran problemas en la aduana española si los documentos no han sido modificados: “Por un lado, buenas noticias porque creemos que, aunque el despacho en origen se ha hecho fuera de tiempo, creemos que vamos a conseguir que la mercancía embarque en el aeropuerto de Nanchang con destino el aeropuerto de Lieja en dos vuelos de este fin de semana. Os iremos confirmando durante el fin de semana. Hemos insistido con el exportador y estas son las facturas que nos ha pasado hoy. Desconozco si son las facturas con las que han hecho el despacho de aduanas de exportación, pero como veréis ahora tienen como comprador a Empresa Funeraria y como vendedor el exportador Gauke, pero el importe es el mismo de las facturas que nos llamaron la atención ayer”, refleja el mensaje enviado a los responsables municipales.

“Ya es muy tarde en China y no estamos consiguiendo contactar con el exportador para que nos confirme que ha hecho el despacho de aduanas de exportación con estas facturas”, prosigue el mensaje. “En cualquier caso, el proveedor de Empresa Funeraria es Leno en Malasia y deben ser ellos los que os faciliten una factura comercial de la compra-venta de la mercancía por el valor que habéis pagado 2,5 millones de dólares americanos”.

La documentación aportada a Anticorrupción refleja que estas facturas fueron modificadas después y entregadas de nuevo al Ayuntamiento para ser remitidas a la empresa de logística, esta vez con los nombres correctos de las sociedades y cantidades. Lo que no aclara esa documentación es si fue presentada en China o no por las anteriores. En cualquier caso, la operación se cerró entre marzo y abril de 2020, mientras que las facturas originales fueron finalmente remitidas al Ayuntamiento medio año después y por los montantes totales. En el caso de los guantes, además, la cuantía debió ser modificada al considerar el Ayuntamiento que había sido "estafado".