EEUU avisa de que Corea del Norte quiere matar en España al marine que asaltó su embajada

Una jueza de Estados Unidos ha dado el visto bueno a la extradición a España de Christopher Ahn, uno de los miembros del comando que en 2019 asaltó la embajada de Corea del Norte en Madrid. La decisión la ha tomado tres años después del arresto de este individuo y tras muchos meses de reflexión, según admite en su resolución. Y es que la propia magistrada manifiesta su deseo de que algún órgano superior paralice la entrega a la que por ley no se puede negar. Está convencida de que Ahn será asesinado por el régimen del dictador Kim Jong-un si sale de EEUU rumbo a España. Se basa en informes del FBI y del Gobierno estadounidense. En su escrito, al que ha tenido acceso El Confidencial, llega a aludir a la tesis de que el asalto de la embajada fue una operación encubierta de la CIA.

“Ahn se encuentra entre un pequeño grupo de hombres de una organización llamada Free Joseon, acusados de una serie de delitos derivados de su entrada en la embajada de Corea del Norte en Madrid, España, el 22 de febrero de 2019. En parte por su participación en el incidente de la embajada, Corea del Norte quiere matar a Ahn. Debo decidir si certificar su extradición a España, donde Corea del Norte puede asesinarlo mucho más fácilmente. Aunque concluyo que la ley me obliga a certificar, no creo que sea el resultado correcto, y espero que un tribunal superior me diga que estoy equivocada o bloquee la extradición”, dice la magistrada de California Jean Rosenbluth. Aquel suceso en Madrid, desvelado por este periódico, activó las alarmas de las cancillerías internacionales. En una resolución de 52 folios, la jueza sostiene que la legislación de Estados Unidos no excluye que un tribunal superior analice el caso y aplique la figura de la “excepción humanitaria”. “Tengo alguna esperanza de que este tribunal no se convierta en cómplice de la inevitable extradición de Ahn. Lamento ser demasiado débil para salvarlo de la amenaza de tortura y asesinato por parte de esa nación marginada”, añade en referencia a Corea del Norte. Ahora, Ahn puede recurrir antes de 30 días, primero a través de una petición de 'habeas corpus' y, si se le desestima, después puede apelar ante el Tribunal de Apelación, informan a este periódico fuentes judiciales.

"Esa amenaza es más fácil de llevar a cabo en España que aquí en los Estados Unidos" “El FBI ha reconocido que Corea del Norte quiere matar a Ahn y que esa amenaza es más fácil de llevar a cabo en España que aquí en los Estados Unidos. Y nuestro propio Departamento de Estado descubrió que Corea del Norte no se detiene en ninguna frontera para vengar el nombre de Kim”, advierte la jueza, que describe al país más hermético del mundo como un Estado “patrocinador del terrorismo” que tiene los recursos y la determinación “para matarlo sin importar las medidas que España pueda tomar”. Christopher Phillip Ahn es un exmarine de EEUU de origen coreano. La jueza pone en valor su pasado militar y dice que es una buena persona. Era uno de los cabecillas del grupo opositor a Kim Jong-un que asaltó con armas la delegación e inmovilizó a las personas que se encontraban dentro. Huyeron cuando se dieron cuenta de que se les había escapado una persona y la Policía se personó en el edificio, ubicado en Aravaca, una zona adinerada de la capital de España. El motivo del asalto sigue siendo un misterio, aunque los precedentes de este grupo y las pesquisas policiales trabajan con la tesis de que el responsable de la embajada quería desertar, pero haciéndolo pasar por un secuestro para no sufrir represalias si el plan fallaba. Él negó este extremo en conversación telefónica con El Confidencial. Según esa versión, el diplomático se echó a atrás por miedo y el grupo de casi 12 personas salió a la carrera, la mayoría de ellos usando los propios vehículos de la embajada. Gran parte del comando eran veinteañeros de Corea del Sur que regresaron y encontraron cobijo en su país, según la investigación. Las autoridades españolas han dictado órdenes de arresto para todos los que tiene identificados. Podrían ser condenados a penas de hasta 28 años de cárcel. Otra versión es que querían información comprometedora para boicotear la histórica reunión que días después iban a mantener, en Vietnam, Kim Jon-un y el entonces presidente de EEUU, Donald Trump.

El cabecilla del comando armado que asaltó la embajada.

La jueza admite que esa hipótesis “no es del todo inverosímil”. “Después de todo, un grupo con el propósito declarado de derrocar al régimen de los Kim bien podría querer robarle información o humillarlo publicando imágenes profanando fotografías de la familia, como aparentemente sucedió en la embajada”. La jueza destaca que la residente que huyó no habría saltado de un rellano elevado para escapar, hiriéndose gravemente, si hubiera esperado que el grupo de Ahn la ayudara a desertar. Y si algunos de los residentes de la embajada estaban involucrados en el falso secuestro, se pregunta por qué tuvo que ir el jefe de los asaltantes a despachar a la Policía haciéndose pasar por un diplomático. “La narrativa del Gobierno [de EEUU] no es tan loca (...) No es exagerado pensar que Free Joseon, un grupo que intenta socavar el Gobierno de Kim, podría haber querido crear mala publicidad para Corea del Norte antes de la cumbre por cualquier medio posible, independientemente de si algún residente de la embajada quería desertar”, sostiene el escrito dictado este lunes.

Por lo pronto, se les acusa de allanamiento de morada (entre uno y cuatro años de prisión), múltiples delitos de detención ilegal (entre cuatro y seis años), lesiones, amenazas (de uno a cinco años de prisión) y robo con violencia e intimidación en casa habitada (de dos a cinco años de prisión), todo ello cometido por organización criminal (de cuatro a ocho años). La Justicia americana ya rechazó la acusación de robo con violencia porque no aprecia en la acción fines lucrativos. El exmarine Christopher Ahn fue arrestado en su país, reclamado por el Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional. Hasta ahora, vivía en libertad con medidas cautelares como llevar siempre una pulsera telemática para tenerle controlado. La jueza federal Jean Rosenbluth accede a su entrega, pero con reparos.

La tesis del falso secuestro

Ahn sostiene que todo fue un montaje para simular un secuestro. Por eso admite su participación en los hechos junto a Adrian Hong Chang, el jefe del grupo y en paradero desconocido desde entonces. Afirma que residentes no identificados pidieron al grupo ayuda para desertar. Hong y Ahn habían estado involucrados anteriormente en operaciones similares. Pero el Gobierno de Estados Unidos recuerda que después de cuatro horas y media dentro de la embajada se llevaron documentos y material informático que entregaron rápidamente al FBI. Ahn insiste en que creía que estaba actuando a instancias o en coordinación con el Gobierno de los EEUU. “El Gobierno —prosigue la jueza— ha sugerido que el hecho de que Ahn siga vivo significa que la amenaza a su vida no es sustancial. Pero que siga respirando puede deberse precisamente a que se ha quedado en Estados Unidos, donde los norcoreanos generalmente no pueden entrar. Además, se puede incentivar a Corea del Norte a no dañar a Ahn mientras Hong Chang, el cabecilla del grupo y presumiblemente el objetivo principal de la ira de Corea del Norte, siga en libertad, porque seguramente Estados Unidos (o cualquier otro país) no extraditará a Hong si Ahn es asesinado. Por lo tanto, en lo que respecta a Ahn, es posible que Corea del Norte simplemente esté esperando su momento”.

El escrito judicial dice que "extraditar a Ahn a España sería ‘antipático’ para el común sentido de la decencia". “Desearía poder invocar una excepción humanitaria para mantener a Ahn en los Estados Unidos. Ciertamente, nadie podría haber imaginado un caso como este y la excepción humanitaria merece ser considerada”, reitera la jueza. Denuncia que “Corea del Norte castiga la deserción con la muerte” y recuerda que Ahn enfrenta represalias no solo por sus acciones en este caso, sino también porque se supo que estuvo involucrado en ayudar a Kim Han-sol, el sobrino de Kim Jong-un, a “desaparecer” después de que su padre, a quien muchos consideraban el legítimo heredero al trono de Corea del Norte, fue asesinado y "la vida del sobrino también parecía estar en peligro".