Diputada de Servicios Sociales e Igualdad de la Diputación de Alicante - Artículo de Opinión

Por Mª Carmen Jover

La conmemoración del día 8 de Marzo supone, entre otras cosas, el

reconocimiento de las aportaciones y contribuciones de cuantas mujeres han

luchado, en décadas pasadas, para que hoy podamos hablar de igualdad de

derechos entre mujeres y hombres. Una igualdad de derechos que, como es

sabido, no se traslada a los hechos ni al día a día, produciéndose

continuamente situaciones de desigualdad en multitud de ámbitos de nuestra

sociedad.

Sin lugar a dudas, este último año ha supuesto un duro golpe en nuestras vidas

y, por supuesto, en el desarrollo de la igualdad efectiva entre mujeres y

hombres. El impacto de género de la COVID19 ha sido y está siendo más que

evidente y, por ello, ONU Mujeres ha elegido “Mujeres líderes: por un futuro

igualitario en el mundo de la COVID-19” como lema del Día Internacional de la

Mujer.

Sinceramente, creo que es un gran lema. Esta situación de crisis sanitaria que

estamos viviendo ha puesto encima de la mesa y ha sacado a la luz el papel de

las mujeres en su gestión y resolución. Las hemos visto liderando

organizaciones y procesos y también en primera línea en la lucha contra la

pandemia, como trabajadoras de la salud, cuidadoras o limpiadoras.

En relación a estas últimas tareas, hemos comprobado cómo esta pandemia ha

puesto en evidencia que los sectores esenciales y fundamentales para el

bienestar son aquellos en los que la presencia de mujeres continúa siendo

mayoritaria. El documento elaborado por el Ministerio de igualdad “La

perspectiva de género, esencial en la respuesta a la COVID-19” ahonda en

esta cuestión, visibilizando la importancia de todo este trabajo.

Todo esto me lleva a reflexionar sobre la verdadera importancia de aquellas

tareas tradicionalmente desempeñadas por las mujeres, muchas veces

invisibles y menos reconocidas pero que, sin embargo, son pilar fundamental

en nuestro estado del bienestar. Lo que me lleva, indefectiblemente, a la

cuestión de la importancia de los cuidados.

Creo que poner en el centro de las políticas públicas los cuidados supondría

avanzar en la transformación social tan necesaria para el desarrollo de las

políticas de igualdad de género. Una verdadera corresponsabilidad en lo

público y en lo privado, donde mujeres y hombres no sólo compartamos

derechos y obligaciones, sino también los beneficios de disfrutar de esa otra

esfera tradicionalmente invisible de los cuidados, de la crianza y de la

educación. Una esfera que, con la COVID 19, se ha erigido en clave para la

sostenibilidad del sistema.

Desde el departamento de Igualdad de la Diputación de Alicante, y conscientes

de que todavía queda mucho por hacer, trabajamos en estrecha colaboración

con los ayuntamientos de la provincia para que el desarrollo de las políticas de

igualdad de género continúe siendo una constante en la vida local y para que la

situación actual de pandemia no obstaculice ni merme la prestación de un

servicio, el mantenimiento de un recurso o el desarrollo de un programa

esencial encaminado a la promoción de la igualdad efectiva de mujeres y

hombres y/o a la prevención y erradicación de la violencia de género.

Continuamos recogiendo propuestas y demandas de los ayuntamientos y

seguimos en la línea de la concienciación, la sensibilización y la formación de

profesionales. Aunque no es posible la presencialidad, las plataformas digitales

nos dan la opción de acercamos a los municipios en tiempo real y debatir,

reflexionar y compartir experiencias y buenas prácticas que nos ayuden a

mejorar nuestros servicios y nuestra capacidad de respuesta frente a los

problemas de desigualdad con los que nos encontramos en nuestro día a día.

Esta pandemia nos ha cambiado, nos está cambiando.

Quizá es el momento de plantearse que hay otras formas de hacer las cosas y

que se puede seguir avanzando en el desarrollo de las políticas de igualdad de

género pese a los obstáculos de esta crisis sanitaria. Minimizar el impacto de

género de la COVID 19 está en nuestras manos. Es la hora de los cuidados, de

la corresponsabilidad pública y privada y de la incorporación de los hombres en

la construcción de una sociedad igualitaria en la que todos y todas caminemos

de la mano, sin etiquetas, sin prejuicios y sin estereotipos de género. Libres.