Cuánto daña a la economía española una deuda superior al 110%

La publicación del dato de deuda pública sobre PIB realizada por el Banco de España, el cual se sitúa en el 110%, reabre el debate sobre los costes a largo plazo que tiene una deuda que supera con creces la producción anual de la economía. Con independencia de que el 'aterrizaje' de la actual política fiscal expansiva con motivo de la crisis del 'coronavirus' sea 'suave' (tal como ha enviado el Gobierno en el Plan Presupuestario 2021 a la Comisión Europea) o 'forzoso' (se necesite un apoyo financiero condicionado del MEDE junto a un duro plan de ajuste a medio plazo), la presencia de una deuda muy alta genera efectos depresivos en etapas de expansión, restando potencial de crecimiento a largo plazo y haciendo más frecuentes episodios de crisis financieras.

Una deuda tanto en términos absolutos (en billones de euros) como en términos relativos (con relación al PIB) no puede calificarse como 'alta' o 'baja' sólo atendiendo a su magnitud, aunque ésta sea importante (sobre todo en cifras nominales) tal como defendía durante su mandato al frente del Banco de Inglaterra Lord Mervyn King. Es necesario establecer sobre qué aspectos impacta de manera directa la ratio de deuda. Y aquí surgen dos indicadores de importancia.

Por un lado, se sitúa el análisis de sostenibilidad de la deuda pública. En función del déficit primario, la tasa de crecimiento real de la economía, el tipo de interés real de la deuda y el nivel de deuda inicial, se puede ver si la dinámica de la deuda es sostenible o controlable (llega a un punto en el que se estabiliza para posteriormente empezar a reducirse) o, por el contrario, es explosiva o insostenible (no es posible controlar el crecimiento de la deuda a medio plazo).

Partiendo de los últimos cálculos realizados por la AiREF (que no han sido actualizados desde el mes de noviembre del año pasado), el escenario incluso más optimista señalaba la dificultad de reducir sustancialmente la ratio de deuda sobre PIB en la próxima década por debajo del 80% en 2030 y del 60% en 2035, ya que en ausencia de un fuerte ajuste fiscal que generara superávit primario, el sector público seguiría contribuyendo negativamente a la reducción de la deuda. Incluso, en el peor de los escenarios que dibujaba, la ratio sobre PIB continuaría en torno al 98-99% del PIB.

Explota la deuda pública

Sin embargo, la crisis del 'coronavirus' ha hecho explosionar la deuda pública, acompañada de un fuerte impulso monetario para mantener controladas las primas de riesgo de los países más vulnerables y donde la deuda tiene un mayor peso sobre su economía. Tomando en consideración el modelo de sostenibilidad realizado por la AiREF, un incremento de 25 puntos de golpe en la ratio (hasta situarla en el entorno del 120% del PIB), convierte en explosivo el crecimiento y, por tanto, muestra una dificultad enorme para estabilizar a medio plazo el nivel.

Incluso con el aplanamiento de la curva de los tipos de interés, no es suficiente para mantener bajo control la deuda. De hecho, la realidad actual se coloca en un escenario que la AiREF consideró como 'probable' a largo plazo si no se corregía el saldo primario existente a 2019, el cual nunca acabó en terreno positivo. Bajo este supuesto, la AiREF preveía que en 2048 la deuda pública española se situara en el 133% del PIB. Con lo cual, la situación actual ha adelantado dos décadas la estimación prevista. Éste es, por tanto, el principal reto de la política fiscal, mandatada por principio constitucional a mantener bajo control la Deuda Pública.

Por otro lado, otro indicador que es de extraordinaria relevancia es cuánto tiempo se tardaría en pagar la deuda, traduciéndola en número de días necesarios para poder efectuar el pago. En este sentido, al cierre de 2019, se necesitaban 352 días para pagar el monto total de deuda de las Administraciones Públicas, de los cuales 265,5 son correspondientes a la Administración Central más los fondos de la Seguridad Social y 86,5 correspondientes a las Comunidades Autónomas y Corporaciones Locales. En virtud de estas cifras y atendiendo al recorrido histórico, cada incremento del 1% del PIB de la deuda pública, el número de días necesarios para pagar la deuda se incrementa en 0,27 días.

Tomando en consideración un aumento de 25 puntos sólo en 2020, llevará a incrementar el pago en 7 días. Con lo cual, sería alargar el año una semana más si seguimos este mismo símil. Dicho de otra forma, dado que no se pueden alargar las semanas ni los días en un año, supone una mayor presión sobre las empresas y familias, los cuales verán incrementados sus impuestos a medio y largo plazo para poder pagar todo el monto de deuda.

El endeudamiento es una herramienta que mal usada se convierte en un 'arma de doble filo' para la economía

En cada crisis se parte de niveles de deuda más altos y su sostenibilidad cada vez depende más de tener un tipo de interés real artificialmente por debajo de su nivel natural. En el caso de España, este factor ha sido fundamental para frenar el crecimiento de la deuda sobre PIB, junto con una fase expansiva del ciclo económico que ha durado 6 años, creciendo la mitad de ella por encima del 3% en términos reales. El tipo de interés medio de la deuda viva española está en el 2,17% al cierre de febrero, mientras la economía previsiblemente cerró 2019 con un crecimiento nominal casi un punto superior.

En suma, el endeudamiento es una herramienta que mal usada se convierte en un 'arma de doble filo' para la economía. Especialmente, hay que vigilar crecimientos importantes como el que se podría producir (si se convirtiera la crisis en una recesión estructural) si los avales concedidos a las empresas se ejecutan y lo que es deuda privada hoy se termina convirtiendo en deuda pública, como ya ocurrió en la crisis financiera de 2008