CAMBIANDO EL ENFOQUE DE 2.021

Hoy es San Esteban. En la comunidad Valenciana SANT ESTEVE o SEGON DIA DE NADAL. La tradición es que la comida sea arròs al forn que se hace con las sobras del abundante putxero de Nadal.

Para muchos es mejor la comida hecha de sobras que la comida original. Esto puede ser una alegoría, deseo o esperanza de que pase lo mismo en el año 2.021 respecto del irracional año 2.020.

En general escribo sobre cuestiones económicas, pero hoy cambio el enfoque. Hablemos de VIVIR.

Está ya muy escrita y descrita la cronología y vicisitudes que hemos pasado (no, padecido) en el año que se acaba. Cada uno ha tenido su propia experiencia vital en lo referente a empleo, economía, relaciones familiares, estado psíquico por lo que, volverlas a describir parece innecesario. El SARS-CoV-2, ese bichito que ni siquiera es un ser vivo sino una cadena muerta de ARN (ácido ribonucleico) ha cambiado nuestras vidas y de toda la humanidad. Somos diferentes. Eso es mirar el retrovisor. Ya está pasado. Ya está vivido con el peor de los lamentos de las golpeadas familias que han perdido a sus seres queridos y, aun así, es pasado.

Nos toca mirar hacia adelante, a la carretera por la que nos desplazamos. No podemos desviar la vista del lugar (y tiempo) al que vamos. Si miramos atrás nos descentrará la conducción hacia adelante.

Vamos a BUSCAR VIDA. Vamos a VIVIR INTENSAMENTE. Lo que nos ha enseñado 2.020 es que hay cosas imprevisibles que no podemos controlar, menos con dirigentes negligentes rayando lo criminal. Cuando no puedes controlar una situación porque depende de factores externos tienes que adaptarte. No puedes nadar contra corriente, te ahogarás después de una inútil agonía y esfuerzo. Hay que aprovechar la corriente y aplicar la resiliencia para conseguir tus objetivos.

Cuando uno conduce hacia adelante sabe que llega pero, con una condición: saber dónde se va. Eso es lo que nos tiene que haber enseñado el trágico año 2.020. Posiblemente conducíamos con un destino volátil, incierto, sin convicción decidida: que si invertir, que si cambiar de trabajo, que meterme en obras, que si firmar una hipoteca para una casa, que cambiar de coche, que…Objetivos fútiles, aplazable y prescindibles.

El año 2.020 nos tiene que haber cambiado el objetivo vital. El tópico cada vez es menos tópico y es una realidad absoluta: Hay que conseguir ¡¡¡VIVIR!!!

El concepto de vida es muy personal e íntimo que tiene cosas comunes a todos, y es SER FELIZ. ¿Se es más feliz por tener un coche más grande? ¿Se es más feliz por hacer un viaje más largo? ¿Se es más feliz por tener el chalé con la mejor piscina? La pandemia nos ha abierto los ojos y nos hace recuperar los valores de la VIDA. La salud, la familia, los abrazos, los amigos, los vecinos. Hay que redescubrir el valor de lo sencillo. Hay que girar el objetivo priorizando lo interno sobre lo externo. Una puesta de sol, un paseo por la montaña, una paella con la familia, unos cuentos a los niños, compartir una acampada, … esas cosas que nos enriquecen nuestra parte más íntima. Esa riqueza de espíritu que nos dará fuerza mental suficiente para enfrentarnos a los obstáculos de la carretera temporal que estamos transitando.

No hay bien más preciado que una VIDA en salud que nos proporcione PAZ INTERIOR y FELICIDAD.

Mis mejores deseos, para todos, de un 2.021 con un enfoque vital que proporcione la mayor de las felicidades en salud y compañía de vuestros seres queridos.

JOAN AYALA