Bagaudas del siglo XXI.

Vivimos tiempos difíciles, bajo los cuatro paradigmas imperantes: Ciencia (cientificismo), política, economía y religión (espiritualidad). enfrentamos continuamente un sistema corrupto y depredador que no permite el desarrollo humano. Menos aún reconoce sus derechos naturales, de nacimiento, aquellos que son inherentes al ser humano y están por encima del fraude legal corporativo, que legisla en favor del más fuerte, modificando tantas veces como sea necesario una falsa ley en color, que utilizan para controlar y presionar, amenazando con retirar concesiones y privilegios si no se obedece cumpliendo sus exigencias.

Como resultado tenemos una “sociedad” de esclavos deshumanizados, con un grado preocupante de psicopatía. Amantes del sistema justifican sus medidas, muchos se convierten en perseguidores de los disidentes y aquellos que lo cuestionan. La educación es el medio por el que se adoctrina, construyendo mentes infantiles y dóciles desde la más tierna infancia.

Creer con obediencia ciega en un sistema que pretende sustituir a los padres naturales, por el estado, quien decide que es lo que esta bien o mal, moralidad, sexualidad, creencias, miedos en forma de enemigos invisibles. Y por supuesto, la incuestionable presunción de inocencia del propio estado y sus corporaciones, a pesar de las evidencias en contra. Todo camuflado bajo la omnipresente y supuesta “democracia”.

Poco a poco son más los que se rinden, perdiendo toda referencia con el “Ser”, mientras se pretende reemplazar nuestra individualidad espontánea y libre, con una entidad servil y obediente dentro de una mente colmena, sin personalidad. Nos acercarnos peligrosamente al mundo de Orwell, un ministerio para dominar todas y cada una de nuestras libertades y sus posibles resistencias.

Son unos criminales, dementes, terroristas, conspiranoicos serán aquellos que se atreven a cuestionar las directrices estatales y sus medios de propaganda, en un sistema globalizado que van marcado el ritmo de los acontecimientos. Su elaborada maquinaria corporativa pasa por controlar al (ciudadano, persona, civil…) Entidades falsas que escapan a nuestro control y son reclamadas por su legítimo dueño, un estado corporativo de estructura jerárquica.

Mientras, el enemigo a batir es “el ser humano”, el ser vivo habitualmente se confunde con aquellas identidades unidas a un número controlado, clasificado y utilizado para retroalimentar el mayor engaño conocido ” es su objetivo”. Pero se diferencia en lo básico, un ser vivo no puede controlase si no es por la fuerza, amenaza, coacción o engaño.

Es en ese punto donde de forma voluntaria nos sometemos como propiedad del estado obteniendo así el control de su creación, mediante números asociados a cada una, por ejemplo (Dni, pasaporte, números de registro,números de cuenta, contratos y otros) Todo en letras mayúsculas, es así como se identifica a quién o a qué va dirigido (CORPORACIÓN) o (Ser Vivo).

Como ya se ha mencionado, se trata de una estructura jerárquica, piramidal y multidisciplinar . Trabajan con agenda, se ha podido comprobar que tienen una previsión de decenas o cientos de años en todos los acontecimientos importantes. No dan puntada sin hilo, todo está debidamente calculado, documentado y repartido en las diferentes sociedades secretas, logias y grupos de poder. Según el grado es el conocimiento e implicación, directa o indirectamente actúan y concluyen sin tener en cuenta los efectos colaterales.