8M por Maribel Torres

Por Maribel Torres

8 de marzo. Creo que en lo único en lo que nos ponemos de acuerdo es en el deseo de que más pronto que tarde no haya que reivindicar tanto, y sí celebrar más. Quizá sea la edad, la experiencia que acompaña los años, lo que me hace mirar con cierta duda determinados movimientos preguntándome lo que hay detrás, como si entre bambalinas se representara una obra distinta a la del escenario. Quizá el ruido y la desafección sea lo que con más fuerza nos llega cuando lo que debería primar es el mensaje. En lugar de eso, debatimos en quién o qué nos representa y quién o qué no.

Y eso, ¿a quién beneficia? A las mujeres no, desde luego. Llama mi atención la imagen que se proyecta desde carteles conmemorativos, y supuestamente motivadores. En alguno de ellos parece que las mujeres no pasamos nunca de los 30 ni de la talla 36, en otros aparecen personas con una marcada imagen asociada a movimientos políticos, de cualquier signo, e incluso hay movimientos abiertamente negacionistas de este movimiento social. Un movimiento que clama por atender una necesidad real. También observamos como, desde algunas tribunas, se reclama maternidad y paternidad del movimiento de defensa de los derechos de las mujeres sin darse cuenta que ese reclamo de propiedad deja huérfanas, y excluye, a más de la mitad de las mujeres igualmente defensoras de la igualdad y necesitadas de los derechos que se reclaman. Y que como nos decía Machado, A distinguir me paro las voces de los ecos, para escuchar y entender. Echo de menos la sororidad de quien estrecha tu mano y te rescata haciendo que puedas seguir avanzando, que subas peldaños, pero lo que mas encuentro a faltar es la sabiduría de convertirnos en aliadas, y que desde nuestras diferencias seamos capaces de encontrar aquello que nos une y gritarlo, con todas y cada una de las voces, sumando en ese coro a quienes buscan llegar a una realidad más justa para todos y todas. Solo así, la nuestra, será una sociedad comprometida con las personas.

Divididas, dibujadas como estereotipos que nos alejan de las mujeres reales y con mensajes que excluyen somos fácilmente manipulables. Y esto, en mi opinión vale para casi todo. Ya se sabe, la unión hace la fuerza, y en la búsqueda de la Igualdad no sobramos ninguna.