La prensa tiene mucha responsabilidad en todo lo que está sucediendo

Será ahora la justicia la que tendrá que preguntar que hacía el señor Toni Pérez, alcalde de Benidorm, en una reunión con un empresario y estos dos chacales hambrientos, Cabrillo y Ripoll, además del ideólogo de toda esta canallada, el imputado Fran Noguerol.

Llegaba anoche a casa tras una intensa jornada de trabajo sin tener nada claro el tema que al día siguiente iba a plantearles en mi diaria opinión, cuando al echar un vistazo al telediario de la 1, me asusté. Estaba ya cerca de finalizar y todavía no había conseguido escuchar una sola noticia positiva. No es ninguna novedad, todo hay que decirlo, pero con eso de buscar un argumento que motivara mi artículo de hoy, presté más atención de lo habitual y la conclusión no pudo ser más devastadora.

¿Es España un país de juzgados, un lugar del mundo donde sólo suceden cosas negativas?. Sé que no y comprendo cada vez mejor a esas miles de personas, cada día más numerosas, que me sorprenden al confesar que ni leen, ni ven, ni escuchan, nada que tenga que ver con noticias en general y política en particular. La verdad es que un poco de asquito sí que da.

Yo tengo dos problemas, el primero que me encanta informarme y leer prensa y el segundo que esta es mi profesión. Este es el oficio que siempre ha dado de comer a mi familia y desde hace casi treinta años también a mí. Me siento un privilegiado, uno de esos que pueden decir que se gana la vida haciendo lo que más le gusta. El periodismo es una profesión de riesgo, lo escribe hoy con mucho acierto mi admirado Ignacio Camacho en ABC. Es esa tarea a la que da instrucciones cualquier hijo de vecino, todo el mundo sabe lo que tendríamos que decir o escribir, pero que se mojen otros. Un oficio sobre el que recibes todo tipo de presiones a lo largo de tu vida profesional y encima tienes que escuchar que las presiones las ejerces tú. Una profesión en definitiva, en la que nadie se hace rico, sino más bien todo lo contrario, y son decenas los ejemplos que podría citar para demostrarlo, sólo tienen ustedes que buscar que seguro que encentran, sobre todo si son de Benidorm, alguno de los muchos profesionales que se han dedicado a este honroso oficio y que esté viviendo en la opulencia en el ocaso de su trayectoria. Díganme sólo uno.

Pero no es oro todo lo que reluce en esta profesión. Soy también muy crítico y supongo que ese es el motivo que me ha granjeado importantes adversarios. Sigo durmiendo a pierna suelta y con la conciencia tranquila. Creo con sinceridad meridiana, que el periodismo ha perdido el rumbo de su significado en los últimos años.

Sin tener del todo claro si los culpables son realmente los que cobran por escribir o los que pagan por que se haga, el periodismo en general lleva años tambaleándose, y tampoco sé si es por el miedo y el vértigo que producen las crisis económicas que te abocan a los despidos y cierres, o por algún otro motivo, pero es descarado el enfoque y la redirección que han tomado muchos medios a todos los niveles, desde los más grandes y poderosos, hasta los más humildes y cercanos, siempre hacia la defensa de sus propios intereses, desviándose por completo del sentido estricto de la información propiamente dicha.

En general, los medios de comunicación han pasado de informar a opinar. Ya no importa que la gente sepa la verdad, sino la versión que más interesa a cada uno. Hace años que venimos viendo de manera sorprendente como ya casi no se acierta en una sola encuesta, fallos clamorosos a la hora de predecir resultados como el Brexit inglés o el resultado de las elecciones en EEUU.  Y sin salir de España hemos visto el interés de muchos medios por enterrar a Pedro Sánchez antes de la hora, o la voluntad de un Psoe que pide la dimisión del imputado Presidente de Murcia con manifestación incluida, mientras calla en esta zona de la marina Baja con los imputados Agustín Navarro y Vicente Arques. Son sólo ejemplos.

Mientras la asociación de la prensa madrileña denuncia las amenazas de Podemos hacia sus profesionales, otra prensa, la televisión vasca, se mofa de todos los españoles faltándoles al respeto de manera descarada. No es la primera vez. Para mí es igual de grave que televisiones públicas como esta misma o TV3 en Cataluña, que pagamos entre todos, no emitan el mensaje del Rey en Navidad, o que mientras la policía de Madrid detiene y multa un autobús que según ellos ofende a los Transexuales, nada hagan contra otro autobús que menosprecia a los católicos, al igual que hicieron algunas chirigotas de las islas canarias o Rita Maestre en la capilla de la Universidad Madrileña. ¿De verdad que la prensa informa con la misma objetividad en todos los sentidos?. Yo creo que no.

El viernes me pasó algo de lo más curioso que me hizo sentirme muy orgulloso dentro del sinsabor agridulce que pronosticaba la acción. Mi madre, después de escuchar mis editoriales de la pasada semana, le dijo a mi padre que no sabía dónde situarme. Lejos de parecerme una ofensa, lo consideré un verdadero halago. Le dije que eso era un piropo para un periodista, que como los buenos árbitros, cuanto más desapercibidos pasan, mejor han hecho su trabajo. Mi madre y mi padre no supieron, tras escuchar mis 4 opiniones de la pasada semana, si era de derechas, de centro o de izquierdas. Me limité a decirles que era periodista, y que mi opinión diaria dictaba en función de los acontecimientos, intentando siempre aplicar esa lógica que tanto falta hoy en día, intentando trasladar sentido común a los cada vez más ilógicos e irresponsables movimientos que muchos políticos hacen casi cada día en una espiral de locura para mantener el chiringuito y no perder la mamandurria.

Me pregunto si España es sólo un país de malas noticias y sé que no. El problema es estructural y viene de lejos. Hemos conformado una sociedad mediática en la que damos siempre prioridad a lo malo por encima de lo bueno. Vende más un accidente de coche con dos muertos que la foto del Rey recibiendo la copa de baloncesto del equipo ganador; vende más un minuto del manoseado juicio del caso Gürtel que ver a Mariano Rajoy sentado a la mesa de los cuatro presidentes más importantes de Europa; vende mucho más ver hasta la saciedad al Presidente de Murcia entrar y salir del Juzgado que la noticia de la compra por parte de Peugeot-Citroen de la marca Opel y lo que ello supone para España y sus muchos miles de trabajadores. Saben ustedes mejor que yo que podríamos pasarnos todo el día con ejemplos de este tipo.

Termino, hoy 7 de Marzo se cumple el primer aniversario de un acontecimiento muy importante para los intereses de Benidorm y que en su día pasó demasiado desapercibido para la prensa, supongo que por algún interés no aclarado todavía y que hoy, un año después lo recuerdan. Les hablo de la Moción de censura encubierta. La compra de la voluntad de dos concejales Arturo Cabrillo y Paquita Ripoll, para que votaran a favor de unos presupuestos que han permitido al alcalde Toni Pérez hacer y deshacer a sus anchas durante todo un ejercicio. Tuvieron también la complicidad de Ciutadans, pero estos la vendieron a muy buen precio en defensa de sus votantes.

Lo he repetido durante todo un año y aunque sé que se me escuchaba, la general predisposición ha sido la de hacer oídos sordos y silenciarme. Estos dos golpistas, que se han aprovechado de la voluntad de más de 3.000 personas que votaron a Ciudadanos por Benidorm, cometieron la felonía de expulsarme del grupo municipal en el que el pueblo de Benidorm me puso por voluntad democrática, con unos argumentos que ya se han demostrado totalmente falsos. Una semana después votaron a favor de los presupuestos del PP a cambio de no sabemos qué, pero no de las propuestas de nuestro programa electoral. Hace dos semanas y ante la falta de pruebas con las que han intentado sostener su presunto delito, involucraron al alcalde de Benidorm en aquella grosería, supongo que en un último coletazo de ballena pues de perdidos al río. Será ahora la justicia la que tendrá que preguntar que hacía el señor Toni Pérez, alcalde de Benidorm y de todos los benidormenses, en una reunión con un empresario y estos dos chacales hambrientos, Cabrillo y Ripoll, además del ideólogo de toda esta canallada, el imputado Fran Noguerol, precisamente el que ha involucrado al alcalde en toda esta trama.

El resultado de la misma la conocemos, a mi me expulsaron del grupo y una semana después votaron a favor de los presupuestos, hoy se cumple un año. La justicia tiene ahora la última palabra y la prensa la obligación de investigar y hacerse eco de algo de lo que todavía no han dicho ni media palabra. El Juzgado ya ha citado al alcalde, la primera vez que esto sucede desde que lo es y la prensa sigue muda. Luego nos quejamos de la pérdida de credibilidad.